sábado, 10 de septiembre de 2011

Un palacio y su historia









Vivía en mi pequeño palacio un noble y su esposa.
En los primeros años de matrimonio pasaban mucho tiempo juntos compartiendo los buenos y malos momentos, las alegrías y la tristeza , y felices de poseer lo más preciado en la vida de un ser humano.
Pero el noble fue reclamado por el rey para la campaña de conquista de nuevos territorios y sus ausencias se hicieron cada vez más frecuentes y prolongadas.
La bella dama empezó a sentirse sola y se lo insinuó a su esposo.
Conciente de los hechos, el marido le contestó que solo sería por un año y que debía tener paciencia y templanza.
Pero a ese año le sigió otro y otro........y luego de tan arduo cometido el señor , cuando permanecía en casa necesitaba una atmósfera de paz absoluta.
La dama,  un día, se enfrentó a su esposo pidiendo y luego exigiendo su atención y su dedicación. El contestó que pronto se quedaría para siempre a su lado.
Pero los meses pasaban y la promesa no se cumplía.
Un día ,al regresar de una campaña, el noble notó distante a su esposa, pero no le dió mayor importancia.
Pasados unos meses, al regreso de otra batalla, notó que alrededor de su mujer había crecido un pequeño muro de piedra.....tal cosa extrañó al noble , pero luego de recapacitar pensó "cosas de mujeres".
Meses después y de otras contiendas, vió alarmado que el muro había crecido desmesuradamente.Llamó la atención de su esposa y le advirtió que tal conducta no era adecuada en una dama.



Había pasado medio año cuando al llegar a palacio el caballero no fue capaz de ver a su esposa. Los separaba un muro de piedra tan alto que era imposible salvarlo.Gritó a su mujer exigiéndole una explicación, mientras trataba encontrar una entrada, saltar por encima de la muralla y .....abrir un boquete. Todo era inútil. Cuanto más trataba de abrirse paso , el muro más se fortalecía. Crecían enormes zarzas que lo reforzaban, con grandes espinas; ya ni siquiera podía acercarse.






Pasaban los días y todos los intentos eran en vano. Hasta  llamó a varios soldados de su ejército, que inútilmente  trataron de derribarlo.
Desesperado , herido en su orgullo, acusó a su esposa de ponerlo en ridículo.
Ahí estaba él, un hombre que había conquistado pueblos y ciudades, con los vencidos a sus piés, era incapaz de derribar un muro.
Se sentó en la penumbra vencido y agotado.
De pronto algo en su interior le obligó a acercarse al muro y aunque las zarzas le lastimaban la piel, no le importó. Comenzó a hablar,  un susurro, casi un lamento. Nadie sabe lo que dijo, pero la dama, al escucharlo, lloró......y en silencio, casi imperceptiblemente el muro..... desapareció.



Existen muchos muros en el mundo.Reflejan la intolerancia, el poder, el miedo, la ambición, la desconfianza, la prepotencia.





Algunos han caído.
Otros caerán.
Pero los más peligrosos y difíciles de demoler son los interiores, los que cada uno de nosotros llevamos con nuestro equipaje.



Gracias, como siempre por regalarme vuestra atención y comentarios Por la tolerancia y la libertad y el respeto.
Gracias.